Tratamientos médicos no quirúrgicos de columna
Un gran número de dolores de espalda pueden ser curados mediante el ejercicio guiado (rehabilitación, fisioterapia y readaptación), la mejora del descanso (calidad del sueño) y el control del estrés y la ansiedad.
Hay otro gran grupo de dolores de espalda, en especial los producidos por disfunciones intervertebrales y síndromes miofasciales, que pueden ser tratados con técnicas poco agresivas como la medicina manual musculoesquelética, la punción seca, la medicina neural o las infiltraciones. En estos casos, la rehabilitación, la fisioterapia y la readaptación de columna también tienen su indicación.
Por último, tenemos los dolores de espalda por causa estructural como las ciáticas por compresión nervios por una hernia discal, la lumbalgia por espondiloartrosis, la claudicación neurógena de la marcha por estenosis de canal, etc… Estos cuadros, salvo algunos cuadros neurológicos especiales que precisan cirugía urgente de entrada (son los menos), también se tratan inicialmente de manera conservadora con medicación, infiltraciones, en ocasiones Unidad del Dolor y, en cuanto es posible, fisioterapia y readaptación activa. Si esto no funciona, algunos casos pueden ser tratados quirúrgicamente.
MEDICINA MANUAL MUSCULO- ESQUELÉTICA
Se trata de una disciplina médica basada en el diagnóstico clínico de los dolores de espalda y de las extremidades de causa funcional (disfunciones intervertebrales y puntos gatillo principalmente).
Dentro de los tratamientos posibles se encuentran los tratamientos articulares (manipulaciones vertebrales, movilizaciones…), de tejidos blandos, de energía muscular (estiramientos, miotensivos postisométricos…), de puntos gatillo miofasciales (punción seca, infiltración con anestésico local, infiltración con botox…), ejercicios respiratorios para desbloqueo del parasimpático…
MEDICINA NEURAL
Disciplina que trata los bloqueos neurales y los campos interferenciales mediante la inyección de Procaína o Lidocaína. Un campo interferencial es cualquier lesión que interfiera con el normal flujo nervioso en una zona determinada.
Los campos interferenciales pueden ser causados por cualquier tipo de trauma físico o psíquico: cicatrices, traumatismos, problemas emocionales, estrés…
El tratamiento de campos interferenciales incluye la infiltración de cicatrices, la aplicación locorregional, el tratamiento de ganglios nerviosos… Dependiendo de los casos, el médico puede preferir utilizar otras vías de administración como por ejemplo la infusión intravenosa.
INFILTRACIONES
Las infiltraciones juegan un papel muy importante en el tratamiento de los dolores de espalda, ya que estos a menudo se originan en una zona muy específica que puede ser abordada mediante la inyección local de medicación (infiltración).
Las infiltraciones pueden ser laminares (técnica de Fisher para el tratamiento del ramo posterior de la raíz nerviosa), facetarias (intraarticulares en el caso de síndrome facetario posterior), sacroiliacas (en el caso de disfunción, artrosis…), epidurales caudales…
REHABILITADOR
Forma parte del tratamiento del paciente mediante ejercicio y medios físicos. En este tratamiento intervienen médicos rehabilitadores, fisioterapeutas y readaptadores
UNIDAD DEL DOLOR
Se trata de una Unidad especializada en el tratamiento del dolor en la cual se realizan diferentes técnicas para el abordaje del dolor de espalda. Muchas Unidades de Dolor aúnan médicos de diferentes especialidades (anestesistas, rehabilitadores, traumatólogos, reumatólogos…) para abordar el dolor desde diferentes ópticas.
Algunas de las técnicas que pueden realizarse en una Unidad del Dolor son:
- Bloqueos nerviosos.
- Rizólisis: denervación normalmente por radiofrecuencia de las terminaciones nerviosas que inervan las articulaciones posteriores de las vértebras.
- Bloqueos epidurales o intradurales.
- Bloqueos simpáticos regionales con medicación.
- Implantación de un neuroestimulador: bloquea el dolor mediante la estimulación eléctrica a ciertas frecuencias mediante un electrodo en el espacio epidural. Se utiliza sobre todo cuando el dolor es crónico y han fracasado el resto de tratamientos, a menudo también la cirugía.
FARMACOLÓ- GICO
Agudo: corticoides, antiinflamatorios no esteroideos, analgésicos no opiáceos, relajantes musculares y opiáceos.
Crónico: intentamos no llegar a que el dolor se cronifique mediante otros tratamientos. Si el paciente llega ya con dolor crónico, intentamos reducir el tratamiento farmacológico mediante el uso de otras técnicas. El uso de mórficos (opioides) en el dolor crónico no ha demostrado eficacia más allá del alivio momentáneo del mismo. No debe ser pues el tratamiento definitivo, sino algo transitorio hasta conseguir la mejoría por otros medios.