La Gota es una enfermedad muy frecuente en la población en la que por diversas causas, se deposita el ácido úrico en diversos tejidos, especialmente en las articulaciones. La gota afecta con más frecuencia a los hombres y los principales factores de riesgo son la insuficiencia renal, la toma de diuréticos o el consumo de alcohol, entre otros.
Síntomas
La gota es precedida casi siempre por hiperuricemia (elevación de ácido úrico en sangre) y por tanto, es una enfermedad silente hasta que desencadena el primer ataque de artritis gotosa, que generalmente es en el primer dedo del pie (podagra). A partir de esa primera crisis, la gota puede afectar a otras articulaciones como la rodilla, las manos, llegando a generar poliartritis (inflamación de muchas articulaciones simultáneamente) en algunos casos. La gota, si no es tratada puede dar lugar a destrucción articular de forma irreversible.
Desde hace unos años se sabe que la gota no es una enfermedad exclusivamente articular puesto que el ácido úrico puede depositarse en otras estructuras, como los vasos sanguíneos. La inflamación generada por el ácido en la pared vascular conduce a un aumento del riesgo cardiovascular, por lo que a día de hoy, al igual que la hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia o diabetes, se considera a la gota un factor de riesgo cardiovascular independiente.
Diagnóstico
El diagnóstico definitivo de la gota se realiza mediante la artrocentesis (punción articular) y el análisis del líquido sinovial mediante microscopía óptica con luz polarizada, que permite la visualización directa de los cristales en el líquido sinovial. Otros métodos diagnósticos novedosos son la ecografía articular, que permite visualizar los depósitos de ácido úrico en las articulaciones o la TC de doble energía.
Tratamiento
En la gota, la prevención es el pilar fundamental del tratamiento, corrigiendo todos los factores de riesgo posibles y siguiendo un estilo de vida saludable desde todos los puntos de vista (especialmente la alimentación cardiosaludable y el ejercicio físico). Además existen fármacos hipouricemiantes, que permiten reducir los niveles sanguíneos del ácido úrico.
En IMSKE contamos con un equipo humano con amplia experiencia en el diagnóstico y tratamiento de la gota, que junto con el apoyo de nutrición clínica, constituye una garantía de éxito en su manejo. Además se dispone de microscopio óptico con polarizador así como de ecografía en la propia consulta.