Las Espondiloartropatías o Espondiloartritis son un grupo de enfermedades inflamatorias que pueden afectar a las articulaciones de la espalda así como a las periféricas (hombros, codos, muñecas, los dedos de manos y pies así como a las rodillas o caderas). Además de las articulaciones, las espondiloartritis pueden afectar a otros órganos, siendo especialmente frecuente la inflamación intestinal o de la piel (en forma de psoriasis). Como en el resto de enfermedades inmunológicas, existe un aumento del riesgo cardiovascular debido a la inflamación crónica descontrolada. Por su capacidad para generar hueso en las zonas inflamadas, también se le conoce como Espondilitis Anquilosante, aunque es un término que refleja sólo algunos aspectos de todas las espondiloartritis. Además de la EA, se incluyen la artritis reactiva, la artritis psoriásica o la artritis asociada a la enfermedad inflamatoria intestinal (Enfermedad de Crohn o Colitis Ulcerosa).
Síntomas
Sus síntomas más frecuentes son el dolor lumbar o glúteo que típicamente empeora con el reposo. Es por ello que los pacientes con espondiloartritis suelen referir rigidez matutina que puede llegar a durar horas. Otros de los síntomas incluyen la dactilitis o los “dedos en salchicha”, inflamación de las articulaciones de las manos, inflamación de los tendones (entesitis, tendinitis recurrentes en codos o talones) además de malestar intestinal, inflamación ocular (uveítis) o lesiones en la piel. En sus inicios, las espondiloartritis pueden dar síntomas inespecíficos como lumbalgia crónica, por lo que es importante que ante síntomas compatibles, se realice una vigilancia estrecha e incluso en ocasiones un estudio de imagen y análisis de sangre.
Causas y factores de riesgo
Al igual que en otras enfermedades inflamatorias de base inmunológica, la causa de las Espondiloartritis es una conjunción de factores genéticos (siendo el más frecuente, el HLA B27) con desencadenantes ambientales (obesidad o tabaquismo). Dicho de otro modo, no se hereda la enfermedad sino el riesgo de padecerla así como los desencadenantes no necesariamente producen la enfermedad en todas las personas con predisposición. Por tanto la manera de prevenir esta enfermedad es seguir un estilo de vida saludable desde todos los puntos de vista (control del estrés, alimentación, descanso y ejercicio físico). Además, estas herramientas serán también especialmente útiles en pacientes con Espondiloartritis diagnosticada.
Diagnóstico
El diagnóstico de las Espondiloartritis lo realiza el especialista en Reumatología en base a los síntomas del paciente, diversos parámetros analíticos y ciertas manifestaciones radiológicas que pueden apreciarse en radiografías, ecografía o en resonancia magnética. El signo radiológico más buscado es la sacroilitis o inflamación de las articulaciones sacroiliacas.
Tratamiento
Desafortunadamente, hasta la fecha no se conoce ningún tratamiento curativo para las espondiloartritis, por lo que se emplean antiinflamatorios como base del tratamiento y en ocasiones, fármacos que modulan la respuesta inmune del paciente, para tratar de evitar la activación del sistema inmunológico sobre estructuras propias de nuestros pacientes, reduciendo no sólo el daño de la enfermedad en las articulaciones, sino previniendo los efectos de la inflamación en el organismo. El estilo de vida es tan importante como el tratamiento farmacológico en las Espondiloartritis. No obstante, hoy en día se cuenta con tratamientos de elevada eficacia que permiten tratar de forma integrada, todas las manifestaciones de la enfermedad.
En IMSKE, contamos con un equipo de Reumatólogos con amplia formación y experiencia en Espondiloartritis y entendemos al organismo como un todo no compartimentado, tratando siempre de abordar los problemas de la piel, el intestino y las articulaciones de forma integral. Además encontrarás a los mejores profesionales que permitirán al paciente mejorar su salud de forma global.