Embellecer sin transformar, prioridad del equipo de medicina estética que arranca en IMSKE
El desarrollo en los últimos años de tratamientos mínimamente invasivos y con efectos duraderos enfocados al mantenimiento de la armonía estética y la belleza ha disparado la demanda médico-estética.
Gracias a este avance en técnicas no invasivas, así como en procedimientos de corta duración con resultados rápidos, efectivos y duraderos los beneficios de la medicina estética han ido consolidándose hasta lograr una alto grado de satisfacción y mejora de la autoestima de los pacientes.
Las doctoras Ivanna Coelho y Claudia Huerta están al frente de la Unidad de Medicina Estética en IMSKE.
¿Cuál es prioridad en la atención al paciente de la Unidad de Medicina Estética en IMSKE?
La medicina estética es una garantía de salud y bienestar. Por eso, nuestro lema es “embellecer sin transformar”. En IMSKE, la medicina estética se ejerce de forma multidisciplinar, orientada a lograr el bienestar del paciente consigo mismo, y de este modo su salud integral, estableciendo como principio fundamental la preservación de la naturalidad.
El equipo de medicina estética de IMSKE mantiene una actividad formativa constante que le permite estar actualizado en nuevas técnicas, sustancias y aparatología de vanguardia, ofreciéndole al paciente los mejores tratamientos disponibles en el momento para conseguir los resultados más óptimos.
¿Estamos asistiendo a la consolidación de la medicina estética como tendencia social?
Ciertamente en las últimas décadas la imagen externa y el aspecto personal han adoptado una importancia vital casi en cada una de nuestras rutinas y vivencias, lo que explica la alta demanda de tratamientos en medicina estética en los últimos años.
Los datos de uso de la medicina estética abruman. Según el macroestudio de la SEME publicado en 2020, un 35,9 % de los españoles y españolas adultas se han realizado alguna vez un tratamiento estético (4 de cada 10 adultos en general y 5 de cada 10 si solo tenemos en cuenta a las mujeres), siendo casi un 60 %
tratamientos faciales inyectables.
Es un hecho, la medicina estética está de moda.
Es casi la hoja de ruta habitual…una “moda” se traduce en un aumento en la demanda, circunstancia que muchos aprovechan para subirse al carro y aprovechar el escenario…
Efectivamente, el auge de la medicina estética ha traído de la mano el intrusismo, que triunfa por sus bajos precios, pero ninguna rebaja económica puede justificar poner en peligro nuestra salud.
El intrusismo de un profesional no médico en la medicina estética puede acarrear efectos adversos muy variados desde los relacionados con la colocación del producto infiltrado en planos no adecuados que conducen a inestetismos transitorios, hasta los relacionados con depósito de producto intraarterial y por tanto más graves, que puede provocar una necrosis irreversible que incluso precise de injerto de piel. Realizar tratamientos si no se tiene preparación y medios para tratar los posibles efectos adversos pone en peligro la seguridad del paciente.
En IMSKE la seguridad del paciente es nuestra mayor prioridad, luchamos por un paciente de medicina estética empoderado, capaz de elegir correctamente a su centro y profesional formado y capacitado en medicina estética.
¿En qué debemos fijarnos a la hora de elegir un centro o profesional de estética?
Hay varios aspectos que se deben tener en cuenta para esa correcta elección.
Uno de ellos es la formación y la acreditación como médico formado en el área de Medicina Estética, pero también su aval como una persona que goza de reputación y que trabaje en un centro que también cuenta con una trayectoria impecable.
Otro aspecto relevante es que trabaje con un diagnóstico personalizado. Ningún médico debe recomendar un protocolo sin antes realizar un estudio personal de manera exhaustiva para programar dónde para conseguir resultados más eficaces.
A todo ello hay que sumar la importancia de que un médico estético cuente con los medios y las instalaciones adecuadas para proteger la salud de los pacientes y poderles proporcionar una atención impecable.
Como indica la SEME, también se debe huir de aquellos expertos en “vender” falsas esperanzas sobre los resultados de un tratamiento, porque jamás se debe engañar a un paciente o recomendarle un protocolo inadecuado que jamás logrará los resultados prometidos con un afán de lucro.
Los profesionales debemos mantenernos en formación constante, participar en congresos nacionales e internacionales, trabajar casos reales que nos ayuden a mejorar en la práctica y en la teoría y jamás pongamos al paciente en último lugar.