La verdad detrás del dolor de espalda: Mitos y realidades
El dolor de espalda es algo que casi todos padecemos en algún momento de nuestra vida. Es la principal causa de discapacidad a nivel mundial y, sorprendentemente, está rodeado de una serie de mitos que no solo no tienen una base sólida de evidencia clínica y científica, sino que generan miedo y pueden empeorar la evolución normal. Hoy me gustaría desmentir algunos de estos mitos y compartir una serie de hechos que podrían cambiar tu manera de entender el dolor de espalda, tan común y habitual en nuestro día a día
Una historia que todos compartimos
Imagina a Laura, una madre trabajadora que pasa horas frente a un ordenador. Hace un mes, un dolor en su espalda baja comenzó a limitar su día a día. Preocupada, acudió al médico y salió con una lista de pruebas (radiografías, resonancias magnéticas, etc…) y ejercicios específicos para potenciar su musculatura específica, porque le dijeron que tenía que proteger sus vértebras y sus discos. Sin embargo, tras semanas sin mejora, Laura empezó a preguntarse si algo más grave le ocurría. Esta es una historia común, pero ¿qué pasaría si te dijera que muchas de estas preocupaciones no están respaldadas por la ciencia?
El peso de los mitos
El primer mito que afecta a Laura y a muchos otros es que “el dolor de espalda es siempre una señal de un problema médico serio”. La realidad es que, en la mayoría de los casos, el dolor de espalda no es una amenaza para la vida y tiende a mejorar con el tiempo. Otro mito común es que “las pruebas de imagen son indispensables para encontrar la causa del dolor”. Sin embargo, estos no siempre aportan claridad y, de hecho, pueden generar más preocupaciones al revelar cambios normales relacionados con la edad que no son la causa del dolor.
Algunos creen que “el dolor empeora con la edad” o que “la postura es la culpable”. Pero la ciencia demuestra que el envejecimiento no necesariamente empeora el dolor de espalda, y que no hay una postura perfecta que lo prevenga o que lo provoque. En cuanto a los movimientos, muchas personas evitan actividades físicas por miedo a dañarse aún más, creyendo que el dolor indica daño estructural, evitando actividades de impacto y manejo de cargas. Estos mensajes son, a menudo, lanzados por profesionales de la salud o están dentro de la cultura popular del dolor de espalda. Pero esto no solo es falso, sino que es un problema para que las personas recuperen su movilidad y fortalezcan su cuerpo, ya que tenderán a evitar el impacto y la carga, tan necesarios para la salud de nuestros tejidos músculo-esqueléticos
Las verdades liberadoras
Contrario a lo que muchos piensan, realizar ejercicios de manera gradual y moverse en todas direcciones es saludable para la columna. No, no necesitas una musculatura específica (el conocido “core”) como una roca para prevenir el dolor, ni temer que cargar un objeto pesado desgastará tu columna como si fuera un engranaje oxidado. Lo que realmente importa es mantener una mentalidad positiva, evitar el miedo, buscar hábitos de vida saludables (alimentación, sueño-descanso, relaciones sociales positivas) e
involucrarse en actividades de movimiento que sean atractivas, satisfactorias y divertidas para cada persona.
Cómo cambiar la narrativa
Laura podría haberse beneficiado de saber que las “flare-ups” o brotes de dolor son más comunes debido al estrés o cambios en la actividad, y no a que se haya producido un daño físico, una lesión. Afrontar el dolor de una forma activa, con ejercicio, buenos hábitos de sueño y una actitud optimista, habría cambiado su historia.
El camino hacia una vida mejor con dolor de espalda no pasa por tratamientos invasivos o caros. La educación, el movimiento y el cuidado de la salud global son las verdaderas claves. Y tú, ¿estás listo para dejar atrás los mitos y tomar el control de tu salud?