Recuperar la calidad de vida gracias a la prótesis de cadera
El dolor continuado, la fatiga al caminar, la imposibilidad de realizar actividades tan rutinarias como calzarse, coger cosas del suelo o separar las piernas son solo algunos de los inconvenientes con los que conviven quienes sufren un desgaste importante de cadera.
En muchos casos, los efectos de ese desgaste articular se prolongan por largos periodos de tiempo que condicionan las esperanzas del paciente en el resultado de una cirugía. “Les cuesta creer que vayan a poder volver a a caminar sin dolor o sin cojera”, explica Pablo Castelló, fisioterapeuta del Hospital IMKE especializado en cadera. “Haber sufrido durante tanto tiempo dolor les genera miedo a la rehabilitación tras una cirugía de cadera, ya que piensan que empezar a moverse tras ese proceso va a volver a ser doloroso”.
Entre 6 y 8 semanas para volver a andar
Cuando el desgaste articular de la cadera condiciona notablemente la calidad de vida, los especialistas en traumatología valoran con el paciente implantar una prótesis de cadera. “Nos encontramos casos de gente que le preocupa cuándo volverán a caminar, a trabajar, a conducir. En IMSKE nos gusta tranquilizarles, pues para nosotros el movimiento es el eje de los procesos rehabilitadores postcirugía. De hecho, al día siguiente de la intervención ya les ponemos a andar con ayuda de un andador”, explica el Dr. Ignacio Muñoz, traumatólogo y director médico del Hospital IMSKE. En líneas generales, la rehabilitación tras una intervención de prótesis de cadera oscila entre las 6 y las 8 semanas.
La importancia de la rehabilitación
Ante una prescripción de cirugía de prótesis de cadera, en IMSKE, tan importante o más que la cirugía en sí es el proceso rehabilitador. Por eso, cirujanos y fisioterapeutas trabajan de forma consensuada para acompañar al paciente. Desde su diagnóstico y prescripción quirúrgica hasta su total reincorporación a su rutina diaria tras haber recibido terapia fisioterapéutica.
En la Unidad de Fisioterapia y Readaptación del Hospital IMSKE, el proceso tras una cirugía de prótesis de cadera comienza con terapia antiinflamatoria y analgésica para evitar el dolor. Posteriormente, el paciente comienza a realizar ejercicios focalizados en la movilidad, el fortalecimiento y la reeducación de la marcha. “A mí me gusta mucho centrarme en la reeducación de la marcha para corregir la cojera. Normalmente generada estos pacientes antes de someterse a la cirugía. Es importante porque ellos van viendo la evolución y les anima a seguir trabajando”, señala Pablo Castelló.
Optimizar el resultado de la cirugía
No existen estudios médicos que prueben que la fisioterapia es necesaria para volver a caminar con normalidad tras una cirugía de prótesis de cadera. “Pero sí es cierto que acompañados por un fisioterapeuta y con esfuerzo y trabajo constante durante el período de rehabilitación, el paciente va a poder volver a hacer muchas más cosas que meramente andar”, afirma Pablo Castelló. Así, actividades que precisen ejercicio físico no intensivos como golf, subir escaleras, trekking… resultarán más fáciles. Si se optimiza al máximo el período postcirugía con una rehabilitación focalizada en potenciar la fuerza, el tono muscular y la movilidad.
Mantenerse activos de por vida
“Las prótesis de cadera tienen una vida útil de entre 20 y 30 años. En la medida que mantengamos un buen tono muscular y hagamos ejercicio regularmente esa vida útil va a garantizar una buena calidad de vida”, afirma Pablo Castelló.
La importancia de hábitos saludables
Además de mantenerse activo, existen otros hábitos saludables que, en tanto en cuanto ayudan a preservar la salud en general. Repercuten también en el resultado de una próstesis de cadera. En este sentido, cuidar el sobrepeso es fundamental. “A más peso, más fuerza precisamos para mover la articulación y más tiempo de rehabilitación vamos a necesitar”. En ocasiones, puntualiza Pablo Castelló, “el resultado nunca llega a ser bueno porque la articulación no puede llegar a soportar un peso tan excesivo”.
Al hilo de la importancia de seguir una dieta adecuada, desde el Hospital IMSKE se recuerda que existen alimentos que pueden hacer un flaco favor a personas que han pasado por una cirugía de prótesis de cadera. “Alimentos ultraprocesados, harinas refinadas o el gluten pueden tener un efecto proinflamatorio que obstaculice una correcta evolución de la prótesis”, argumenta Pablo